
Me preguntáis cómo me volví loco.
Fue así: Un día, mucho antes que naciesen varios dioses, desperté de un profundo sueño y hallé que se habían robado todas mis máscaras, las siete máscaras que modelé y usé durante siete vidas.
Y ya sin máscara, corrí por las populosas calles gritando:
"¡Ladrones!...¡Ladrones!...¡Malditos ladrones!".
Hombres y mujeres riéronse, y algunos corrieron a sus casas temerosos de mí.
Y cuando llegé a la plaza pública, un joven, desde lo alto de un tejado, gritó: "¡Es un loco!". Alcé la vista para mirarlo; el sol besó mi desnudo rostro por primera vez. Por vez primera el sol besó mi desnudo rostro y mi alma se inflamó de éxtasis, clamé: "¡Benditos, benditos los ladrones que robaron mis máscaras!".
Así fue como me volví loco.
Y en mi locura hallé libertad y salvación; la libertad del aislamiento y la salvación de no ser comprendido: los que nos comprenden esclavizan algo en nosotros.
Empero, evitad que me vuelva orgulloso de mi salvación.
Ni el ladrón en una cárcel está a salvo de otro ladrón.
G.J.G.

Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire